La literatura es un vehículo publicitario y la literatura
española fue utilizada de ese modo durante la Guerra Civil (1936 – 39) y la
Post-Guerra. En la Guerra Civil, como la mayoría de las guerras, el verdadero
enfrentamiento es en el campo ideológico, en este caso dos, el bando
republicano y el bando sublevado. Los escritores se dedicaban a propagar estas
ideas. Miguel Hernández, que pertenecía al bando republicano, tiene un poema en
el que pide a los españoles que luches por la libertad, siendo usado el poema
como un arma. En el otro lado, José María Pemán era defensor de la tradición
española, como se puede ver en El Protomártir.
El llamado protomártir es José Calvo Sotelo, político de
derechas que representaba a la derecha más extrema y que fue el pretexto del
comienzo de la Guerra Civil, ya que fue asesinado supuestamente por unos
guardas de asalto del gobierno republicano, convirtiéndose así en un mártir y héroe
de la época franquista.
Se dijo que la causa de su muerte fue una conspiración
judaica. En ese momento, los judíos estaban siendo perseguidos por los alemanes.
Dicha conspiración se usó para poder explicar lo que ocurrió en Alemania.
El texto de Pemán se cuenta de una manera peculiar, ya
que se cuenta mediante un hecho histórico: la expulsión de los judíos en 1492.
Algunos se marcharon pero otros se convirtieron y se quedaron en España; estos
fueron perseguidos porque, a pesar de cambiar de religión, ellos no cambiaron
su cultura y al ser personas que se preocupaban por tener una buena educación
ocupaban los grandes puestos por lo que se pusieron leyes en contra de ellos.
A partir del odio por su religión y por su oro se
inventaron leyendas antisemitas, como las que aparecen en el Protomártir, y así justificar todas las
persecuciones y las muertes a las que se vieron sometidos.
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